sábado, 24 de abril de 2010

Nada por aquí, nada por allá

Hablando ayer con mi psicóloga (sí, empecé terapia) me dí cuenta de que la cantidad de capas que se pueden tener. Me refiero: llego, me siento, y a los 3 minutos estoy hablando de una persona que jamás apareció en mi vida y que, evidentemente, me molesta. Pero lo raro del caso es la capacidad de decirlo tan sueltamente, sólo porque estoy frente a una licenciada, en un consultoria con luz tenue, y unos ojos grandes mirandome.
¿Cómo puede ser que hasta entonces yo sola no me hubiera dado cuenta?

Mágica la psicología... Mágica

No hay comentarios: