Hoy como tantos otros días, vuelvo a pensar que necesito una psicóloga. Hace ya unas horas que pienso y pienso en llamar y conseguir un turno, pero no logro hacerlo. No puedo terminar de convencerme. Incluso anoche dediqué un largo rato a buscar en la cartilla médica todas esas que me pueden ayudar, y hasta que queden cerca de casa, aún cuando el sueño atentaba contra mí. Y me prometí, casi me juré que hoy apenas me levantara iba a llamar a las que hiciera falta (con una jerarquía basada en lo confiable o no de sus nombres) hasta conseguir ese maldito turno que se supone que quiero conseguir.
Sí, quiero. Pero tengo miedo, o me da paja, no se. Y es que en mi última y única experiencia la muy forra se olvidaba de los nombres de la gente que le mencionaba, y tendía a encontrarme problemas alejados de los que yo creía importantes. E ir y sentarme frente a una mina nueva, empezar a contar.. ni se por dónde empezar. Porque estoy segura que me va a preguntar por qué empiezo. 'Porque no puedo con mi cerebro', 'Porque me siento traumada con mi padre, y me hincha las pelotas', 'Porque soy una bola de nervios' Dale, ninguna me parece del todo representativa. Y de última ¿Qué me importa por dónde empiezo?. Voy, me siento y que salga lo que salga.
Soy de terror, hablo sola hasta en un blog. Ok, anoto eso para contarla a la psicóloga.
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