lunes, 30 de agosto de 2010

No tan distintos

Listo, carecen de puntos en común. Son diferentes, no tengo un tipo de tipo. Está bueno eso... A menos, claro, que una mínima característica me tire la teoría al carajo. Y que tenga que observar bien a este otro. No vaya a ser cosa que por ese mínimo detalle me enceguezca, y termine como siempre. Pero a la vez no puede ser tan grave. Digo, dejarlo ir, sólo porque comparte una cosa tan ínfima, no tiene sentido. Y por ahí los otros tambíen me daban escalofríos, pero de otra forma. Porque así, con esa mano grande y pesada sobre mi espalda que no me deja mover, y esa voz agitada que dice andate, así, no besa cualquiera.

jueves, 26 de agosto de 2010

Lo juro

Un día de estos me pongo ruleros, bata y pantuflas, sólo para salir al balcón y gritar:

"¡¿Me están jodiendo, hijos de puta?! ¡¿Cuál es su problema con esa bocina?!"


No se preocupen, sigo con actitud de primavera. Pero estos terroristas del buen humor me ponen los pelos de punta.

lunes, 23 de agosto de 2010

Si lo cuentas no se cumple el deseo



Cuanto más vivo, más cuenta me doy del impacto que mi actitud tiene sobre mi vida.

Mi actitud, para mi, es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que el éxito que lo que otras personas piensan, digan o hagan.

Es más importante que las apariencias, los dones o la destreza.

Levantará o hará fracasar a una empresa.... una iglesia.... un hogar.

Lo admirable es que día a día es nuestra la elección de la actitud que asumiremos en respuesta a toda situación.

No podemos cambiar nuestro pasado... No podemos cambiar el hecho de que la gente actúe en determinado modo. No podemos cambiar lo inevitable.

Lo único que podemos hacer es tocar la única cuerda que tenemos, y esa es nuestra actitud. Estoy convencido de que la vida está constituida por un 10% de lo que ocurre y el 90% de cómo reacciono ante ello. Y eso es también contigo...

En todo momento somos responsables por nuestra actitud. En efecto nuestra manera de ser depende enteramente de nuestra actitud.

Charles Swindoll


Visto actitud de primavera y, si le pongo esfuerzo, quién te dice no me dura un montón.

jueves, 19 de agosto de 2010

Quitemos el Suspenso

Leyendo la más reciente entrada de Lol-it! (no, no sé poner links, así que si alguien quiere me puede explicar) dije Qué va! y me dispuse a contar algo recién salidito del horno de las anécdotas.

Hace algunos sábados conocí en mi pueblo, a un chico que creí jamás haber visto. Charlamos, nos besamos, nos pasamos teléfonos y la vida siguió. Un tipo interesante, apenas más chico que yo (Un año. No es nada, pero a mí no me termina de cerrar. Prejuicios ridículos, ya sé), que fuera de sus vacaciones también vive en la Gran Ciudad. Mr. Facebook me hizo notar que ya nos conocíamos, pero que evidentemente estábamos muy cambiados y personalmente no nos dimos cuenta.

Algo de tiempo pasó, y cuando él volvió a instalarse empezaron los mensajes para encontrarnos. Creo que sobretodo a nuestra edad, hay dos grupos bien marcados que más adelante o más atrás se homogeinizan: Adoro mi celular, o Ya no puedo vivir con él. Claramente yo pertenezco al segundo, y él al primero, pero me había caído muy bien y en pos de no autosabotearme otra vez, hice oídos sordos al prejuicio.

Varias idas y vueltas, el encuentro era hoy. Pregunto qué hacemos y me dice que su idea de salida era tomar algo y después si nos caemos bien, dormir en tu casa o en la mía.

¿Soy yo? Digo, no me escandalizo por dormir con alguien el a primer salida. Si da, da y lo hago con gusto. Pero ya que el plan sea que dé, no me entusiasma. ¿Y si no da? No, mirá me voy a dormir a mi casa porque no me caes bien. O: -Sí, me caés bien, pero no tengo ganas de dormir con vos. -Ah no! Pero teníamos un trato! ¿Cómo funcionan estas cosas? Creo que me resulta igual o más raro, que después haya aclarado que dormir puede ser dormir también. Como que acostados se resuelve la cosa, no sé. ¿Él es un moderno y yo soy una antigua? ¿Estoy equivocada en pedir espontaneidad?

Evidentemente me llenó de preguntas. Entre ellas, si hice bien en aclarar que si quería salíamos, pero que seguro que hoy no pasaba nada. Primero, porque no estoy segura de que no hubiera pasado, y segundo, porque me sumé a su movida
quitemos el suspenso
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miércoles, 18 de agosto de 2010

Vuelta al Ruedo

Ok, vuelvo a escribir. No porque alguien me lo haya pedido, ni porque crea que lo están esperando (aún mi ego no llega taaaan lejos), sino porque quiero contar varias cosas y como no sé bien cómo, no escribo, y como no escribo no resuelvo el cómo. Me escudo en el círculo vicioso, básicamente.

Ya desovillaré algunas cosas que quiero dejar acá: Lo único que hoy soy capaz de dejar, es una queja escrita a la tan errada decisión que tomó Marcela Kloosterboer al vender su alma de mujer común a los malditos publicitarios de Always.

No me molestaba el "Qué pelazo", tampoco me molestan las publicidades que muestran mujeres haciendo cosas normales, y moviéndose con toda naturalidad, aunque estén en esos días. Debo admitir que las del grupo de amigas tirándole líquido azul a la toallita es un poco ridícula, pero ninguna, insisto, ninguna me exaspera tanto como "Si querés helado, comé por montones". Me saca de quicio! Me molesta el fondo rosa, la actitud de "Te juro, estás exagerando, esto es lo mejor que me pasó en la vida". Dale Marcela, esa no me la creo.

Y claro que quiero helado! Pero no veo que mi bolsita de Always traiga algún cupón para que en Freddo me regalen un cuarto de mousse de chocolate. Señores publicitarios, sépanlo:
Estoy esperando.

jueves, 5 de agosto de 2010

Jungla de Cemento.

Desde mi ventana, para todo el mundo.

De los 19 balcones que veo desde la ventana del lavadero, 6 están poblados de gente que salió a mirar hacia abajo, sin importar el frío. Claro, es que en la vereda que no llego a ver, algo emocionante está pasando con esa mujer que grita.

"...Nosotros ayudamos a un viejito recién, usted no ayudó a nadie! Ayudamos a quién podemos, no tenemos la obligación de ayudar! ¿Y usted que mira señora? No hable si no tiene la menor idea de lo que pasó! No hable! Y usted señora, sí, la de enfrente! Cállese la boca si no sabe! Al pedo habla la gente, si no sabe nada..."

Después de escucharla, rescato varias cosas:
-No sólo ayudaron a un viejito, si no a todos los que salimos a entretenernos con la situación (o por lo menos a mí, que me causó gracia). Bendita sea la solidaridad.
-Claro que todos ayudamos a los que podemos, por eso se aprecia la ayuda, sobretodo cuando es tan espontánea.
-Adoré que se dirija a su público, me pareció brillante, y sustuvo nuestra atención.
-Por supuesto que la gente habla al pedo, pero también escucha. No ha de olvidarse.

¿Qué carajo habrá pasado?



domingo, 1 de agosto de 2010

Era otra la historia

¿Ves que abajo del flequillo hay dos manchas negras? Sí, más abajo hay otra mancha más deforme y grande, pero esa es roja. Si mirás bien, adentro de las manchas negras hay algo de blanco, y un poco de marrón oscuro. En momentos más felices, esos eran mis ojos, y la mancha roja era una boca bien delineada. No existían ni las ojeras gigantes, ni la manteca de cacao roja alrededor de mi boca paspada. Increíble, pero cierto. Claro que tampoco existían las carilinas por doquier, ni el té Tafirol tan espantoso.

Buenos tiempos, aquéllos...