jueves, 25 de febrero de 2010

Problemas de pareja

Nos peleamos otra vez. El me dijo cosas horribles... Que yo era fea, y me veía fea. Que ya nada me iba a quedar bien. Yo le dije que si me veía fea era por su culpa. Que la rutina nos había arruinado, que esto no había razón para culparme a mí. Que particularmente hoy, él estaba horrible.

Nos callamos por un rato y nos miramos inmóviles.
Yo agarré el jean más básico, la remera más dominguera y me fui a trabajar.

Estoy segura de que cuando vuelva, mi placard y yo ya habremos hecho las pases.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Si me querés conquistar, regalame un Tofi y decime que estabas seguro de que era mi preferido.





(Eso sí, jamás menciones que lo leíste en este blog).

martes, 23 de febrero de 2010

Desordenada

Me gustaría decir que no, pero esto me pasa muy seguido y no solamente acá sino en otras situaciones. Dije que iba a empezar un blog para descargarme, para liberar tensiones, para relajar la mente de asuntos que no me dejan tranquila. Lo dije, lo juro, yo lo recuerdo y este blog lo tiene impreso en la pantalla de tu pc.

Pero no lo hice. Lo pensé varias veces, pensé cómo armarlo, por dónde empezar a contar, qué es lo que quiero decir. Y no pude. Pensé tanto, pero tanto, que hoy termino escribiendo de un problema que pensé que no era tan grave, y que ahora empiezo a considerar como el problema original. Algo así como el padre de todos mis problemas. Soy una desorganizada. Pero no una desorganizada cualquiera, sino una desorganizada, pensante y vergonzosa. Que hasta a veces considera no escribir ciertas cosas porque la ruboriza que gente que no la conoce piense cualquier cosa. (¿QUÉ CARAJO TE IMPORTA?!).

Mas allá de eso, me cuesta seguir un plan. Me cuesta decir hoy, qué es lo que planeo hacer mañana. Tiendo a resolver las cosas en el momento, algo apurada y con la adrenalina en el cuello. A lo largo de mi vida he tenido serias discusiones (y hasta peleas) con gente que creía que mi impuntalidad o mi facilidad de cambiar planes eran algo personal, un defecto que yo misma me inventaba para sacarlos de quicio. Y ahí empieza la cuestión. Yo no lo considero un defecto. Me resulta divertido, cómodo y variado nunca cerrar el abanico de posibilidades. En este mismo momento, estoy reescribiendo esta parte para decidir cuál de las dos es a que mejor encuadra. Y ahí sí que soy una virtuosa. Decidir me resulta simple. Incluso en las deciciones difíciles, una vez tomadas, no hay arrepentimiento que valga para mí. Me jode sobremanera que la gente no puede atenerse a sus deciciones. Loco, si pensaste que era mejor irte de vacaciones que comprarte el auto, ahora no me hagas escuchar tus quejas porque tenés que viajar en colectivo. Yo entiendo que llegar a la conclusión cueste, pero ya esta! Ya lo hiciste! Por más que compares respuestas a la salida del parcial, la hoja ya la tiene el profesor. Y no es que yo sea la reina de las deciciones, es sólo que si hay algo que ya no podes cambiar, ponete tu mejor sonrisa y bancatela. Si vos sos yo, y hace un rato estás escribiendo un post que no sabés qué final tiene, porque una vez más te fuiste por las ramas... Bancatela y apretá Publicar Entrada.



Así no de puede desmarañar nada.

sábado, 13 de febrero de 2010

Más vale sola...

-Hoy no fuiste al Bingo.
-Jajajajaja! No, hoy no fui.

Hasta ahí, vamos. Tenía el comienzo perfecto para entablar una conversación entretenida. El tipo ya me había hecho reír, me había sorprendido con una observación de la que no me había percatado, y me había hecho notar que (de manera anónima y para nada invasiva) él ya me había fichado.

Ahora bien, después de eso le agregamos un 'Vos salías con X, no? Si, yo lo conozco somos amigos', para continuar con una reseña de su antigua novia, el tiempo que estuvieron juntos, y cómo la rutina los había arruinado. Si más adelante sumamos (como si hasta acá no fuera suficiente) la anéctoda de cómo el novio de una mina con la que trabaja le quiere romper la cara, porque 'supestamente' él le tocó el culo a la susodicha, llegamos a una conclusión que dice mas a menos así: 'Prefiero llegar sola al día de los enamorados, y no con cualquier banana que me regale una rosa comprada a las 5 am'.
O 'Mejor sola que mal acompañada', pero el otro es más autorreferencial.



P/D: Ahora, la pregunta es ¿Salgo el domingo en evidente oposición a tan maldito día? ¿O me alquilo alguna peli y me tiro a dormir?

jueves, 11 de febrero de 2010

Desatada

En estos días se cumplió el año de soltería. No es que lleve la cuenta con pesadumbre ni mucho menos, pero me es inevitable que este olor a verano me traiga el recuerdo. Así que ando medio melancólica últimamente.
La ruptura para mí fue más una tarea pendiente, que una incertidumbre dolorosa. Hacía ya meses que las cosas no andaban bien, y siempre por alguna u otra razón, yo encontraba fundamentos para evitar el corte. Hasta que un día me di cuenta. 'Y si no termina se contamina más'. Y lo hice. Para él fue muy difícil, porque a pesar de que yo le había hecho saber mi descontento varias veces, jamás pensó que iba a tomar la desición. Así que los llamados a cualquier hora (muchas veces llorando), los regalos sin sentido, y las cartas y encuentros programados se hicieron comunes durante el primer y segundo mes de ruptura.
Después de eso yo tuve que reaccionar, porque la relación se había vuelto un poco psicópata, y ni mi cerebro ni yo podíamos soportarlo.
La cuestión es que entre esos regalos al mejor estilo manotazo de ahogado, estaba una pulserita que hasta ayer estuve usando. Después de cuatro años de relación es lógico que tu ex pareja conozca casi perfectamente tus gustos, así que no le fue difícil encontrar una ideal para mí, que me fuera casi imposible no usar. Y lo hizo.
Pero estos últimos días la pulsera empezó a pesarme. Comencé a sentirla más como una esposa que una pulsera, y a mí que me es difícil notar qué es lo que está molestandome, me tomó un tiempo darme cuenta del problema. Pero ayer, cuando mi amiga me la sacó, sentí una libertad en la muñeca que me cuesta describir. Fue como si de repente se me descontracturara la mano y pudiera bailar libre. Como sacarme un peso de encima, y sentir que era un paso que me faltaba dar. Juro que en ese instante, fue una mano feliz y un alma relajada.

martes, 9 de febrero de 2010

En esos días

Hay días que son especiales para darse cuenta de los buenos amigos que se tiene alrededor. Será por la propia disposición, será porque en esos días los amigos están en su mayor esplendor, o será simplemente coincidencia. Tres de mis amigas se dedicaron a comprobarme hoy, que son lo más de lo más.

El primer episodio fue apenas llegamos a la playa.
Yo: J, viniste caminando?
J: No.
V: En qué viniste? En remis?
J: Vos viniste en remis?
V: No, yo vine caminando. Te preguntaba a vos en qué viniste.
J: Estás loca! Cómo vas a pagar un remis por esas cuadras?!
V: Jajaja!! Yo vine caminando!! Vos en qué viniste?
J: Ah, yo caminando.
De estas situación rescato la insistencia de V, dispuesta a conseguir una respuesta cueste lo que cueste, y la indiferencia inicial de J, hasta que el problema le llamó la atención. Si eso no es digno de un aplauso, entonces no sé en qué voy a gastar los míos. Obviamente a esto le siguieron minutos de risas inenterrumpidas (excepto por algún chiflido que deje entrar un poco de aire antes de morir). No puede haber una persona mas genialmente colgada que J, ni con esa capacidad de hacer reír y reírse de sí misma.

El segundo, fue mientras tomabamos mates y charlabamos casi seriamente. J dijo que el sueño de su vida era tener una farmacia, a lo que B preguntó: 'Tu sueño o tu proyecto?'. A mí me pareció genial. Que soñar sea para cosas más importantes, más utópicas. De ahí, que tener una farmacia sea una manera de ponerte feliz.
Adoro a B. Las adoro a las tres.

sábado, 6 de febrero de 2010

Tengo que decirte, esta no es mi primera vez.

Creo que desde que tengo memoria mi cabeza es un desastre. Hablo sola, imagino cosas, canto fuerte por la calle sin necesidad de un mp3 u otro aparatejo, me como las uñas de una manera bestial, y siento culpa de varias cosas que al común de la gente no le hacen ni cosquillas. La mayoría de estas cosas JAMÁS me preocuparon, pero ahora las cosas son diferentes. Empiezo a cansarme de algunos quilombos en mi cabeza. Y viendo que empezar terapia en estos momentos se me hace difícil (por lo menos hasta marzo) decido desahogar mis pensamientos en un blog, al que cualquier persona puede acceder, como si yo fuera una especie de experimento raro, o una masoquista que quisiera mostrarse desnuda frente a un montón de desconocidos. Con suerte, un montón.
Así que pido a quien sea que lea un poco de este blog, que no tenga miedo de opinar. Que si alguien tiene que tener miedo, esa soy yo, y cuando el miedo tenga fundamentos, cierro el blog y a la mierda.